Ha llovido. Estos días son raros, al menos para mi. La verdad es que hace un tiempo todo me parece raro. Hace un tiempo que ya no estas, eso es lo raro. Aunque nunca te e oído decir una palabra, ahora parece que te escucho, aunque nunca te he visto andar, ahora parece que vas detrás mia. Es fascinante lo que la mente humana es capaz de llegar a imaginar. Pero el dolor que llegamos a soportar, es grande, es demasiado. Nunca podré olvidar tus últimos momentos, pero tampoco olvidar tus primeros momentos. Jamás he visto a una persona tan risueña, tan agradecida. Yo no me he despedido aún de ti, ni siquiera lo quiero, creo que es una tontería porque sé que siempre vas a estar aquí conmigo. Tampoco se muy bien esto a donde irá, pero siento que tengo que hacerlo, porque no tengo otra forma de hacerlo, no puedo hablar. Nunca había sentido como se podía romper una parte mi. Recuerdo que cuando conocí la noticia, mi corazón iba fracturándose poco a poco, despacio, hasta que reventó, en ese momento todo dolía, todo fue dolor. Ahora el dolor sigue. No ha cesado. Ya no me pregunto donde estarás porque lo sé. Ahora te puedo hablar en cada momento, aunque no te puedo tocar. Echo de menos el tacto de tus manos. Recuerdo cuando me pasabas tus manos por mis pelos y tirabas de ellos. Te reías. Eras feliz. Me quedo con todo eso. Has sido feliz. Pero yo ahora no lo soy, porque no estas aquí, porque nunca mas estarás aquí, porque te quiero aquí. Te prometí que lo haría, y solo tu sabes lo que aré. Te quise. Te quiero. Te querré.
